Improvisación teatral para la vida
Improvisación teatral para la vida
JUEGO: Aquí y ahora, con entrega, ganas de pasarlo bien, activos, vitalidad. Actitud de experimentar de probar, de descubrir, con curiosidad. Actitud de principiante de aprendiz.
Que nos puede impedir estar en el juego: la autoexigencia, el querer hacerlo bien, el miedo a equivocarnos, estar pendiente de los demás.
Aceptar lo que viene:
- Decir Si a todo, no negar la propuesta del compañero
- Estar abierto a cualquier cosa
Que nos puede impedir aceptar lo que viene, poner atención en “lo que toca” o “lo que debería ser”, estar cerrado o con ideas fijas, las expectativas de como me gustaría que fueran las cosas.
Escuchar
- Poner el foco en el otro
- No estar pendiente de mi, de como me imagino que me juzgan, si lo estoy haciendo bien, el perfeccionismo,
- Dejar que me afecte
Creatividad, Reacción, estar vivo:
- Crear a partir de la propuesta del otro
- Todo depende del otro, creo de lo que me da el otro, no me invento de la nada.
- Dominó, pongo una pieza nueva que nace del otro y luego aporto otra cosa distinta.
Que me puede impedir ser creativo: querer hacerlo perfecto, pensar mucho, querer controlar.
Actitud para la vida
Actitud para la vida
En este video os propongo un resumen de la Actitud que vamos cultivando dentro del curso. Como me habréis oido explicar alguna vez, el objetivo del curso es poder aprender nuevas formas de gestionar lo que me ocurre, nuevas formas de mirarme, tratarme y hablarme; para luego aplicar todo lo que practicamos en el curso en la vida.
1.- Practicar la mirada hacia dentro
La pregunta ¿como estas? es la clave para empezar a poner esta mirada en nuestra vida, buscar un momento para parar, respirar y preguntarme como estoy
Esta pregunta nos conecta con el momento presente, con el famoso Aquí y Ahora, con estar conectados con uno mismo y con fluir con lo que hay
2.- Darse cuenta de cómo me trato, que frases me digo, cómo me hablo.
– Darme cuenta cuándo es mi perro de arriba que me esta hablando, cómo me habla, como me exige, como me machaca. Y darme cuenta de cómo me afecta emocionalmente que me hable a sí.
– Poner atención en las frases que me digo, del estilo: no vas a ser capaz, vas a hacerlo mal, eres un desastre, te vas a equivocar, se van a reir de ti, no vas a poder, eres tonto, inutil, etc… Y dareme cuenta que eso que me digo no es verdad, darme cuenta como en las sesiones ante una dinámica desconocida me digo eso y luego mi experiencia es otra cosa totalmente distinta.
3.- Una mirada compasiva, cariñosa, de aceptación, de respeto:
– Aprender y practicar a dejarme sentir lo que siento, sin querer cambiarlo, controlarlo ni reprimirlo, intentando abrazar mis emociones y sensaciones por muy incomodas que sean. Un actitud de aceptación a lo que uno es
– A veces un primer paso a esa mirada es el simplemente darme cuenta de mi dificultad para acoger ciertas emociones, y eso es un gran primer paso, y muchas veces para acoger según que emociones lo que necesito es a alguien que me acompañe, un amigo, un psicólogo o terapeuta o un grupo terapéutico
– Practicar el hablarme bien, valorar mas lo que hay en vez de quedarme en lo que me falta, ser compasivo con mis errores en vez de machacarme por ellos
4.- Vivir mas conectado con el «QUIERO» que con el «Debería o Tengo que o lo que toca»
Sin duda una actitud que nos genera alegría, bienestar y respeto a uno mismo es conectar con nuestros deseos, con lo que queremos hacer, en vez de lo que toca, o lo que deberíamos estar haciendo, o lo que tendría que hacer. Esta actitud sin duda nos va a sacar de la exigencia y nos va a conectar con nuestra autenticidad y alegría.